La independencia de la justicia venezolana

No ha quedado duda de la clase de dictadura que se vive en Venezuela. Los medios de comunicación audiovisuales lo retrataron bien con la sentencia a Leopoldo López y, los medios impresos, por su propia condición, tuvieron que esperar a que sus rotativas imprimieran la noticia en primera plana con el café del sábado.

No cabe duda de la valentía de López. No cabe duda de la entereza de Lilian Tintori su mujer, ni tampoco de los padres del líder opositor. No hay espacio que no sea ocupado por el dolor que significan 13 años y 9 meses de prisión. Los mensajes de las redes han sacado la cuenta: cuando Leopoldo salga de la cárcel, su hija Manuela tendrá 19 años.

Y es que no se trata de un delincuente como los muchos que pululan por las calles de Venezuela asesinando a un ciudadano cada 45 minutos. No. Se trata de un político que está preso por eso, por ser político, por ejercer la diferencia, por proponer otra visión de país.

Las diferencias entre los varios liderazgos opositores se han quedado en meras formalidades. Hoy la Venezuela que se opone al oprobio de la dictadura de Nicolás Maduro se llama Leopoldo López...

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