“Titanic, The Exhibition” una experiencia inolvidable

“Titanic, The Exhibition” es una exposición muy emotiva, llena de sentimientos, que te llega al alma al escuchar tantas historias. Nada está puesto en vano, todo tiene un sentido, un relato y una procedencia. Por eso no hay apuro para recorrerla, debes tomarte tu tiempo y disfrutar de cada detalle, porque todo tiene su explicación.

Foto barcoPara este conmovedor encuentro los visitantes cuentan con una audioguía fantástica que te toma de la mano para que conozcas el transatlántico más famoso del siglo XX. Ella te irá contando de manera exhaustiva todo lo sucedido, con una voz acorde, música de fondo y efectos sonoros que te sumergirán cada vez más en la verdadera historia del barco, en sus secretos.

Luego de entregar tu ticket y pasar por el “portalón de entrada de los pasajeros” – una recreación de la entrada de primera clase desde el muelle al buque - rodeado de maletas y baúles, te convertirás en un pasajero más de esta inmortal historia. Tu mente se abrirá a una vivencia que sensibilizará todos tus sentidos. Es así como tus huellas quedan grabadas en ese piso de color negro que te recibe, mientas que la luz precisa te va guiando hacia donde debes ir.  Te aíslas y te concentras en todo lo que ves y escuchas.

El recorrido comienza con la construcción del barco, para que descubras quiénes lo crearon, dónde nació.

Con grandes fotos conocerás a Bruce Ismay, gerente de la White Star Line (una de las compañías navieras más importantes de Gran Bretaña) y a Lord James Pirrie, socio de la firma Harland and Wolff, la mayor constructora de barcos del momento, quienes decidieron construir los trasatlánticos más grandes del mundo: elOlympic, el Titanic y el Britannic. Actualmente esa casa donde se reunieron es la Embajada de España en el Reino Unido.

MaquetaVas conociendo así el proceso de construcción del “Buque de los sueños”, como fue llamado, donde trabajaron tres mil hombres durante 27 meses. Observas algunas herramientas originales de la fabricación. También te detienes ante una maqueta del Titanic con más de tres metros de largo que te permite contemplar uno de sus costados abiertos y conocer cómo era el gran navío en su interior.

Luego te encuentras con el hombre de barba blanca, el conocido capitán estrella, Edward John Smith, un marino que nunca había tenido ningún percance en el mar, y que a sus 62 años había decidido retirarse, éste era su último viaje, y así fue, vio por última vez el mar el 15 de abril de 1912, cuando vivió su primer y último accidente. Fue un marino con una prestigiosa carrera que fue admirado por la alta sociedad inglesa.

EntradaPoco a poco vas caminando y te vas adentrando cada vez más en el buque, descubriendo cómo era la vida a bordo de este lujoso barco, una pequeña ciudad en el océano, que zarpó del Puerto de Belfast (Irlanda) con la intención de cruzar el Atlántico Norte para terminar en Nueva York. El navío llevaba 2207 personas a bordo, de las cuales solo 712 sobrevivieron al naufragio, las cuales fueron rescatadas por el Carpathia, quien rescató solo 13 botes.

200 objetos del barco

Camerino 1 claseEn la exhibición se podrán apreciarán alrededor de 200 objetos originales del barco, algunos de la estructura, pertenencias de la tripulación y pasajeros. Además de videos, fotos y espectaculares reproducciones a tamaño real de sus estancias interiores, basándose en toda la información disponible sobre las mismas. Un recorrido inquietante que te atrapa de principio a fin sin darte respiro.

Te detendrás frente a las cartas y la imagen del primer oficial del buque, William Murdoch, quien estaba al mando del buque cuando se produjo el choque con el iceberg y el encargado de dirigir las tareas de salvamento en la cubierta de estribor. También verás un trozo original de carbón del barco recuperado en una expedición; algunas postales, cartas, diario y la lista original de los pasajeros que fue aprobada por la White Star Line.

Comedor 1 clasePuedes apreciar dos platos llanos y dos juegos de tazas de café, con sus respectivos platos, pertenecientes al comedor de primera clase del buque. Otras piezas de segunda y tercera clase, entre ellas un plato de tercera clase rescatado por un pesquero español el 1 de septiembre de 1981 (primera pieza rescatada del mar), plato que entregó a su hijo quien lo conservó durante 20 años. En el 2003 visitó la exposición y vio su plato, al salir lo informó a los expositores.

Tu pecho se hincha con tantas historias, como la de la pasajera sueca Gerda Lindell, quien junto a su marido y el pasajero Carl Olof Jansson saltaron al agua una vez el barco estaba semi-hundido, se dirigieron al último bote salvavidas en ser arriado. Olof y el marido de Gerda, Edvard, lograron ponerse a salvo, pero ella no consiguió más que agarrarse con una mano a la barcaza, solo la mano de Olof la agarraba fuertemente, mientras su marido luchaba por sobrevivir a la hipotermia, algo que no logró.

Ambos fallecieron congelados en apenas unos minutos. Cuando Olof ya no pudo seguir sosteniendo el cuerpo inerte de Gerda, soltó su mano y la dejó a la deriva. En algún momento su anillo de casada se desprendió de su dedo y cayó al fondo del bote n.º14. Casi un mes después de la tragedia se rescató la embarcación hallando el anillo que hoy se exhibe en esta sala.

ColganteTambién puedes apreciar dentro de una caja transparente la joya original que inspiró al cineasta James Cameron para escribir el guión de la premiada película Titanic (1997), el “Corazón de la Mar”, un colgante que se encuentra junto a las llaves y la cartera de la pasajera Kate Phillips, de 19 años, quien viajaba en segunda clase.

Te sorprenderás antes la Gran Escalinata, la que todos conocemos, esa imponente estructura de madera que fue muy bien recreada en el filme. Aquí quedas impactado ante una brillante recreación pictórica de de la proa del Titanic, con efecto "trampa de ojo" que crea una sensación de tres dimensiones. Y a un costado de la imagen puedes apreciar un trozo de madera de la escalinata original.

Camerino 3 claseLuego en tamaño real vemos un camerino de tercera clase, compuesto por literas para cuatro personas, con ropa de cama que llevaba grabado el nombre de la White Star Line. También atraviesas un pasillo de Primera Clase, que son más de nueve metros perfectamente recreados que daba acceso a las suites de primera clase, habitaciones que también han sido representadas de forma excepcional, permitiéndote comparar la austeridad y sencillez del camarote de tercera.

Tus ojos se conmueven con la historia de la pareja Isidor y Ida Straus, que prefirió morir junto a su esposo antes que dejarlo, nadie la pudo separar.

Y la de la joven pareja española formada por Víctor Peñasco y María Josefa Pérez, quienes tenían casi un año y medio de luna de miel, él logró montar a su esposa en un bote y sobrevivió; mientras él falleció en el naufragio. Ellos estaban en Francia cuando decidieron sumarse a la gran aventura, en contra de las supersticiones de la madre de Víctor, quien les pidió que viajarían por cualquier medio de transporte menos en barco.

Más adelante te encuentras con la recreación de la Cabina Marconi, desde donde los radio operadores pidieron ayuda. Y las fotos de los músicos, quienes tocaron hasta el último momento del hundimiento en cubierta, mientras interpretaban el tema “Cerca de ti Señor”. Te sumerges más en el fondo del mar al apreciar una maqueta del estado actual del Titanic, el cual fue hallado en 1985, restos que descansan a casi cuatro mil metros de profundidad en el Atlántico Norte.

IcebergY para hacerte sentir más de cerca la historia, te detienes ante una recreación de un auténtico bloque de hielo, un iceberg, de más de cinco metros de ancho y dos de altura, donde puedes poner tus manos y experimentar el atroz frío que muchos pasajeros tuvieron que sufrir hasta parecer, al caer a las heladas aguas del Atlántico Norte.

Una sensación que te arruga el corazón y te hace suspirar ante una historia tan dura que se llevó tantos sueños.

Casi llegando al final de la exposición tus oídos escuchan: “Esta es la historia de 2207 personas, con nombres y apellidos. Queríamos que vivieran la historia, el mito del Titanic, el buque de los sueños, que transportaba sueños y esperanzas, ese era su equipaje más preciado. La emoción de conocer la verdadera historia con cosas originales, donde no puedes tocar, solo sentir”, palabras que te llegan.

Sin darte cuenta te has paseado por ocho salas: “El nacimiento de la idea”, “Construyendo una leyenda”, “Navegando”, “La vida a bordo del Titanic”, “Iceberg a la vista”, “El rescate”, “Sala Restos” y “Sala Memorial”, llegas a la última sala donde están plasmados todos los nombres y apellidos de los pasajeros que se embarcaron en el buque “insumergible”, son ellos las memoria de esta historia.

Y aunque han pasado 103 años, tu cuerpo se eriza y tu espíritu se entristece.

Es una exposición cargada de sentimientos, vivencias y relatos que tocan la fibra humana. Un recorrido donde te metes en la piel de esos pasajeros, todos tan distintos, pero tan iguales, todos queriendo labrar un mejor futuro que fue sorprendido por un terrible desastre.

Sala 1Desde ese día el eco del “Buque de los Sueños” nos persigue, no hay barco que zarpe que no recuerde el Titanic; porque siempre existirá un pasajero, que en silencio, recuerde la historia, la del barco invencible que se hundió. Una leyenda que perdurará por generaciones.

Realmente una visita fascinante, un recorrido museística que se queda grabado en tu mente. Un Titanic que sigue vivo y que te espera en el Teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa, Madrid, bajo la iniciativa de la compañía Musealia, muestra que estará abierta hasta el 6 de marzo del 2016, de lunes a domingos de 10-20 horas. No te la pierdas.

Ticket

Fotos: Jesús Varillas. Cortesía de Musealia