A los periodistas en su Día

Comunicado de Expresión Libre, Comunicadores para la Paz y la Democracia, que Venezuelan Press suscribe en todos sus extremos

Hoy 27 de junio, la más importante efeméride nacional de los periodistas venezolanos, les hacemos llegar nuestro saludo de felicitación, el reconocimiento más fraterno y solidario por sus esfuerzos y, sobre todo, nuestros deseos de que unidos podamos seguir contribuyendo a impulsar mejores tiempos para nuestra profesión y, sobre todo, para el pueblo venezolano sin ningún distingo.

Una profesión como la periodística, de grandes retos y compromisos en lo personal y laboral, ha alcanzado en Venezuela, durante los últimos 17 años, niveles de exigencia jamás conocidos en otras etapas de nuestra historia.  Si hay algo que caracteriza el entorno en el que desarrollan su actividad los periodistas venezolanos es el constante y opresivo asedio por la acción del Estado, sus politizados cuerpos represivos y sus activistas.

Este asedio, ya consolidado como una política de Estado, se ha expresado en una lamentable gama de excesos e irregularidades: restricciones en las fuentes de información, obstrucciones de variado tipo a la labor de búsqueda de las informaciones con especial énfasis en los registros gráficos y audiovisuales, estigmatización de la profesión periodística por parte del discurso oficial, lo que ha conducido a que desde los cuerpos de seguridad y activistas oficialistas se incurra en un trato irrespetuoso o violento hasta la crueldad para con los reporteros, como si de enemigos de la paz ciudadana o antisociales se tratara. Las detenciones arbitrarias,  sin distingo de sexo, daño y robo de equipos y despojo o destrucción del material informativo han sido cada vez más frecuentes.

Y cuando las restricciones no son contra el periodista, entonces alcanza a los medios donde trabajan. Es largo, abultado y devastador el historial de agravios: cerco legal, amenazas, cierres, multas, sanciones administrativas, dilación en el otorgamiento de licencias, la discriminación en el otorgamiento de pautas publicitarias y de insumos para la confección de diarios, lo cual se ejerce mediante el monopolio, como lo hace la tristemente célebre Corporación Maneiro. Pero tal vez la peor de todas sea el socavamiento de las bases económicas de los medios, consecuencia en algunos casos de la destrucción de la economía nacional, muchos de los cuales han desaparecido o están amenazados de cierre.

Cuando se observa toda esta hostil problemática en retrospectiva, hay un claro y afortunado balance para Venezuela: los periodistas, especialmente nuestros jóvenes reporteros, en medio de limitaciones operativas y económicas, riesgos y amenazas, se mantienen inquebrantablemente firmes en el cumplimiento del deber de mantener oportuna, ética y verídicamente informada a la comunidad, sin detenerse frente a ninguno de los obstáculos que la tumultuosa y compleja realidad cotidiana les pone por delante.  Valga recordar los premios internacionales que en años recientes han obtenido nuestros colegas.

Y en el cumplimiento de su mandato profesional es indudable que han contado con el acompañamiento en primer plano de los gremios periodísticos, a lo cual se han sumado valiosas organizaciones no gubernamentales que con su experiencia y dinamismo también han contribuido a dar soporte y visibilidad a sus luchas y han reforzado la solidaridad entre los colegas.

Contamos hoy en Venezuela con una invalorable red de defensa de la labor profesional. Gremios y organizaciones civiles son merecedores del reconocimiento y agradecimiento de toda la sociedad civil, de todos quienes apoyamos al periodismo y a su rol vital para la vigencia y permanencia del sistema democrático. Y, en el caso venezolano, de su restablecimiento.

Gremialistas como somos, queremos poner énfasis en los retos que tienen nuestras instituciones, en especial el Colegio Nacional de Periodistas (CNP). Si bien es cierto que ha podido superar los asedios y amenazas oficialistas de su liquidación, no es menos cierto que requiere un nuevo impulso para su fortalecimiento institucional y potenciar sus organismos internos concebidos para contribuir a la superación profesional y la seguridad social.

No menos importante resulta en esta época de colapso económico totalmente inédito, que nos ha hundido en la precariedad salarial y el desempleo, que el CNP vuelva su mirada hacia las atribuciones que las leyes le asignan y garantizan en materia de defensa colectiva de las condiciones de trabajo en las que desempeñan su labor sus más de 23 mil afiliados en las 26 Seccionales de todo el país.

Ese es uno de los grandes retos, aquí y ahora, de nuestro Colegio. Y para ello la participación, el debate interno para el aporte de las ideas de todos, con transparencia y sinceridad, son siempre la primera prioridad.