Antonio López Ortega: “En la transición habrá que reconstruir, también, la institucionalidad cultural”

Pausado, sereno. Antonio López Ortega llegó al conversatorio con Venezuelan Press una madrileña tarde de verano con ganas de hablar, profundo. Y lo escuchamos. Casi dos horas fueron suficientes para conocer al personaje, y su sagacidad.

"Está destruida" dijo de la institucionalidad cultual en Venezuela, del área pública que se encarga de gestionar el arte y la cultura de un país que en la década de los 80 destacaba en América Latina por su industria cultural.  "La institución está desnaturalizada, los museos, las bibliotecas, ya no son tales" apunta.

El deterioro de la institucionalidad venezolana, toda, ha afectado inexorablemente el aparato cultural. Para el escritor, lo sorprendente es que la calidad de la creación en Venezuela permanece intacta.

"Los creadores siguen creando, a pesar de que no tienen ni becas ni escuelas. Eso es garantía de que hay producción cultural, aunque falle la difusión y la promoción" señala.

El premio de Novela Rómulo Gallegos

El gobierno de Venezuela acaba de anunciar que este año no puede entregar el prestigioso premio de novela Rómulo Gallegos. "Restricciones presupuestarias del Ministerio de Cultura" impiden que el reconocido galardón que han ganado escritores como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, Roberto Bolaño, Fernando Vallejo, Elena Poniatowska, Arturo Uslar Pietri y Enrique Vila-Matas, este año no tenga nombre.

"Venezuela tuvo durante muchos años el premio rector de novela latinoamericana, vigente hasta los años 90 y luego en decadencia. Eso hay que rescatarlo" señala López Ortega.

La transición en Venezuela pasa, también, por el área cultural, asegura. Dice que "será difícil pero fascinante, habrá que rescatar los teatros, las bibliotecas, los museos, los espacios expositivos ¡todo un reto!".

La vida de los impresos

En un país en el que han cerrado más de una treintena de periódicos por falta de papel en los últimos 4 años, es sin duda un país que tiene comprometida su libertad de expresión. "En Venezuela hay periódicos pero no periodismo. Además de la crisis del papel, el sector audiovisual está confiscado. El tema noticioso no existe". Como editor,  Antonio sabe de lo que está hablando, y culpa -entre otras razones- a los cambios de propiedad de los medios, las restricciones a la hora de acceder a los insumos, a la presión en la línea editorial...

El esfuerzo del diario El Nacional es admirable -dice- pero, sobre todo, su línea editorial. "Eso tiene mucho mérito". Silencio en la sala. Todos pensábamos igual.

Los ciclos van y vienen

Aunque la palabra transición aun resulta espinosa, a Antonio López no se le quebró la voz al hablar de ella. "Los ciclos históricos van y vienen, la cultura venezolana es portentosa, está documentada, este periodo es nefasto pero pasará y habrá una transición que dejará atrás las ideas muertas con las que hemos estado conviviendo" asegura.

Eso sí, advierte el escritor que todavía no están dados los elementos, pero que en cualquier momento renacerá, aun por encima del sector que no quiere que esto suceda. "La épica está del lado de la sociedad, la Venezuela buena está de nuestro lado, la transición servirá para rescatar los valores perdidos, y cuando eso suceda, seremos una sociedad más madura".

El "hombre nuevo" que saldrá de ese proceso, el verdadero, dice que tiene que tener el lado pensador de Picón Salas, la sensibilidad poética de Eugenio Montejo, los conocimientos médicos de José María Vargas, la vena artística de Cristóbal Rojas, la ética periodística de Sergio Antillano, la fuerza deportiva de Luis Aparicio y la musicalidad de Vicente Emilio Sojo... Y así, bebió un último sorbo, pensó, nos miró y se despidió, dejándonos una última reflexión:

"La integridad de ese hombre nuevo que vendrá, la integridad, es la que aun conservamos todos".

Antonio López Ortega