“Rojo como la cabeza de un fósforo”, política venezolana hecha poesía por Carmelo Chillida

Carmelo Chillida, flanqueado por dos importantes poetas españoles: José Luis Morante (Premio Luis Cernuda, Premio San Juan de La Cruz) y Salvador Galán Moreu (Premio Internacional de Poesía Gastón Baquero), escritores de dos generaciones distintas, presentó en Madrid Rojo como la cabeza de un fósforo, el primer libro de poesía política sobre la Venezuela del siglo XXI, editado por Kalathos ediciones España.

“La poesía política de Carmelo Chillida tiene una razón de ser y es la situación de Venezuela, y la situación de un momento histórico. Seguramente cuando pasen unos años y el país vuelva a ser lo que solía ser: un país hermoso, este libro quedará como una parte de la historia que habla de una época de derrumbe, y ojalá sea pronto y espero que este libro tenga ese papel de recordar lo que pasó”, dice José Luis Morante.

Venezolanos y españoles se conmovieron con la poesía de Carmelo Chillida

Esa ‘razón de ser’ que explica Morante, es el giro poético, el marco para hacerse palabra en el tiempo y evitar transformarse en un lenguaje manido y lejano del contenido literario. Este es uno de los principales riesgos a los que se enfrentaron ya grandes como Rafael Alberti, Miguel Hernández, Antonio Machado, que dejaron su compromiso con los cambios sociales por escrito, manuscrito.

En el poemario de Carmelo Chillida, hay una voz enunciativa a través de la cual se expresa el autor de Rojo como la cabeza de un fósforo, sobre la que no hay que dejarse engañar. Dice Morante: “no es un libro fácil. El vocabulario no es sencillo. Está hecho milímetro a milímetro, palabra a palabra, como se hacen los libros que tienen poemas necesarios”.

Ya había advertido a la audiencia que “lo mejor en poesía se está haciendo al otro lado del mar”, en Latinoamérica, opinión compartida con sus colegas literarios.

Para Salvador Galán, epilogista de Rojo como la cabeza de un fósforo, el autor es capaz de tocar los bordes y pasar del extremo más terrible hasta el más banal, y de hacerlo con “maestría”.

Carmelo ChillidaLo dice en el epílogo: “una primera cuestión es que Carmelo Chillida hace literatura, no política”, y no es menos cierto cómo el poemario es un cántico contra la monocromía, “el rojo que tiñe las prendas, las banderas, la plaza tomada (…) el rojo de la imposición totalitaria”, rubrica el joven poeta español.

En la experiencia lectora de este poemario, se hallará una profunda reflexión sobre cómo el verbo se vuelve acomodaticio para “falsificar la realidad”, precisa Chillida de nuevo durante la presentación.

No sólo la imagen del Gran Hermano se ve reflejada entre versos. Cayo Julio César, sobre quien Morante hizo un parte histórico de las sólidas bases sobre las que edificó su imperio y, sobre todo, de las que le permitieron asentarse en su poder supremo, se entrecruzan entre líneas, describiendo detalles de esa presencia avasallante del sistema totalitario y de la crueldad sin límites de la tiranía. Pero también aquel, que pinta las palabras.

“Son esas palabras y la violencia que desatan las que causan la aparición de otro ‘rojo más oscuro’ que es el de la sangre (…) El yo poético es civil, apartidista, casi libertario, observa y describe la realidad de su país ‘que se quiebra,/ se viene abajo’”, subraya Galán Moreu.

Rojo

Rojo como la cabeza de un fósforo

(hecha para arder) o como la cabeza

de un fanático. Ese es el problema,

que la cabeza del fanático arde

pero no piensa y el fanático actúa

en consecuencia.

Nunca es un ser

individual, siempre es parte de una masa

informe que vocifera consignas y,

si es necesario, pasa de los gritos

a los golpes. Roja, llameante

es la cabeza del fanático. Y también

puede ser roja su franela, su cachucha.

Rojo, rojo-fanático.

También las ilustraciones de la artista plástico Natalie Rocha Capiello fueron objeto de favorables comentarios, por el talento plástico puesto en rojinegro dentro de las páginas y dando un valor agregado como otra forma de poesía.

Carmelo Chillida ha publicado El sonido y el sentido (1997), Versos caseros (2005), ¿Un poema de amor? (2011) y Desde el balcón (2013). Coordinó por muchos años el suplemento Literales del diario TalCual en Venezuela y ejerció la docencia por más de 20 años en la Universidad Central de Venezuela. Hoy reside en Madrid.