Nace en Madrid la Federación de asociaciones de venezolanos en España

Con el objetivo de representar y defender los intereses comunes, así como fomentar los vínculos entre las asociaciones, se conformó en Madrid, este 24 de noviembre, la Federación de asociaciones de venezolanos en España (FAVE). Pero la loable iniciativa, a todas luces necesaria, ha nacido sin apenas legitimidad. La esperanza de quienes asistieron es que, en su desarrollo, la nueva organización cumpla no sólo con lo estipulado en sus estatutos, sino que honre el gentilicio y el arduo trabajo que viene desarrollando a diario el centenar de asociaciones venezolanas registradas en España para asistir al colectivo.

A pesar de rogar máxima puntualidad, la reunión, convocada de manera apresurada y sin el debido procedimiento, comenzó dos horas más tarde, situación que obligó a algunos asistentes a retirarse antes de empezar. Y una vez empezada, los tiempos no ayudaron al objetivo.

Iniciada la sesión, en la protocolar sala del Senado español donde se realizó esta primera asamblea de asociaciones, se respiraba la tensión. Acortados los tiempos de las intervenciones, no se cumplió el programa y, sin prácticamente debate, se procedió a la votación y aprobación de los estatutos, que la mitad de las asociaciones finalmente presentes no tuvo oportunidad de estudiar con anterioridad, a falta de su distribución oportuna.

Promovida por la Asociación de venezolanos en Córdoba, otras diez asociaciones tuvieron voz y voto: Unión Canario Venezolana, Asociación de venezolanos amigos del mundo, Asociación sociocultural Deportiva amigos de Venezuela en Vigo, Asociación de venezolanos en Santiago y Comarca, Asociación de mujeres por la alianza sociocultural Venezuela-España, Hermandad venezolana das Rías Baixas, Asociación de venezolanos en Lugo, Asociación de Buen Gobierno y la Asociación española venezolana por la Democracia, esta última retirada por su desacuerdo con el procedimiento. Y aunque estaba en este grupo, la Asociación de venezolanos en Jerez de la Frontera, no envió representación.

Invitadas, a destiempo y sin voz ni voto, estuvieron representadas otras nueve: la Asociación sociocultural venezolano-canaria Salto Ángel, Venezuelan Business Club, Federación de asociaciones de jubilados y pensionados de Venezuela en España, Asociación de venezolanos en Cádiz, Asociación de venezolanos en Cádiz, Asociación Ourensá venezolana Alma Llanera, Casa Ateneo Venezuela, Asociación venezolanos en Salamanca y la Asociación de periodistas venezolanos en España. A estas, aunque el programa contemplaba un turno de palabra, no se les permitió hablar. Y a pesar de ser un acto público, tampoco se invitó a otras asociaciones que mostraron interés, ni se permitió la presencia de abogados independientes interesados en conocer la iniciativa.

La Junta Directiva, postulada previamente por los organizadores y electa a sobre cerrado por las asociaciones con voto, acabó conformada por Ninoska Schulz, de la Asociación venezolanos en Córdoba, como presidenta; Agustín Rodríguez, de Unión Canario Venezolana, como vicepresidente; y Miriam Álvarez, de la Asociación de Mujeres por la alianza sociocultural Venezuela-España, como secretaria. Las actas no se firmaron en el acto, ni se anunciaron públicamente los vocales. Tampoco se conoció de la representación que por equidad deben tener Madrid (ciudad donde se constituyó), ni las asociaciones asentadas en las comunidades autónomas con más habitantes, ni las de mayor trayectoria, ni las que agrupan a grandes colectivos.

El Ministerio del Interior estipula, entre otros requisitos, para la inscripción de constitución de federaciones, el acuerdo adoptado para su integración y la designación de las personas que la representarán en el acto constitutivo, extremo que los asistentes desconocen cuándo, cómo y quiénes la formalizarán. De igual manera, quedó sin establecerse el domicilio social, ni el patrimonio inicial, ni las reglas para la celebración de reuniones, ni las reglas para adoptar acuerdos, ni la forma de trabajo.

Agradecidas con quienes han tenido la iniciativa de dar este paso tan importante, así como con quienes de buena voluntad han ayudado a que fuese viable, las asociaciones invitadas e interesadas en pertenecer a la FAVE, sólo esperan que los procedimientos se ajusten a derecho y que los errores cometidos en su conformación, se subsanen a la brevedad, por el bien del trabajo que realizan cada una de ellas y, a la postre, del colectivo venezolano en España, tan vulnerable y ávido de acciones verdaderamente efectivas.