Experiencia de un exembajador como coordinador de la Primaria en Alemania

Erik Becker Becker ha sido el coordinador general del comité que organizó la Primaria en Alemania, en el único sitio que se dispuso: Berlín. En Alemania votó un menor porcentaje del que lo hizo, por ejemplo, en Madrid. ¿Por qué? Sobre todo, porque las distancias en Alemania, siendo un país relativamente pequeño, suelen ser considerables. Y solo había ese lugar como centro de votación

La experiencia del 22-O se puede resumir, pasadas ya un par de jornadas desde su conclusión, con las palabras de un votante en Miami: «La sola realización de este evento democrático bajo dictadura  es un gran impacto internacional».

En cuanto a lo que ha significado el 22-O frente a las trabas interpuestas desde el gobierno de Nicolás Maduro, lo sintetizó un editorial de El Nacional con estas palabras: «Ha sido un éxito de participación en condiciones muy complejas, con escasos recursos, sin apoyo de ningún organismo oficial, incluido el Consejo Nacional Electoral». Hubo amenazas y boicoteo hasta el último momento más la recalcitrante vocación de cancelar o acallar lo que es noticia de interés público. Por ejemplo, un trabajador del diario oficialista Últimas Noticias comentó el propio domingo 22, al ser requerido para este trabajo: «Te diré que en la edición de hoy no se ha publicado ni una sola línea [sobre la Primaria]. Ni una sola. Aquí sólo saben informar sobre los muertos en Gaza pero lo más seguro es que no digan que hubo un apagón de más de 12 horas en el Hospital Vargas y sus alrededores.»

La Primaria se realizó en 81 ciudades fuera del país aun cuando el régimen chavista no parece haberse dado cuenta de la magnitud de ese solo hecho. Entre ellas, Berlín. En esta última ciudad  acudieron 280 electores al llamado. María Corina Machado obtuvo 251 sufragios. El total de sufragios es una cifra pobre respecto al caudal de casi tres mil votantes que potencialmente pudieron haber concurrido; pero esa fue la realidad y nadie como Erik Becker Becker, embajador en esta ciudad por trece años bajo diferentes periodos (incluso cuatro años durante la égida chavista), puede explicar cómo es que, pese al exiguo resultado, resulta que, también en Alemania, la convocatoria a la Primaria ha sido de provecho.

Varias situaciones

La sola experiencia de Becker Becker en cuanto al Registro Electoral ya debe marcar pauta. Se encontró con varias situaciones: había electores inscritos en Venezuela y este sistema [sin involucramiento del CNE pues todo dependía de la Comisión Nacional de Primaria] permitiría que los venezolanos pudieran decir «estoy inscrito en Venezuela pero vivo en tal o cual país y quiero votar». Durante el mes de julio, todos los que estaban en esa condición pudieron inscribirse vía CNP.

El segundo caso es el de la gente que ya venía viviendo en el exterior desde treinta o cuarenta años atrás: gente por lo tanto ya inscrita en su país de residencia, sin necesidad de hacer el proceso del mes de julio pues formaba parte de la lista de electores en cada lugar. Sin embargo, Becker Becker encontró algo: «Aunque usted no lo crea (yo lo estuve revisando), muchos de esos nombres que aparecieron y siguen apareciendo en la lista son de gente ya fallecida pero en el registro allá del CNE permanecen como electores». Se dio cuenta porque un nombre, por ejemplo, le era conocido y averiguó o supo por su propia memoria que debía de contar 105 años de edad a la sazón. Había muchos casos como ese o también halló gente que de tan mayor y de tantos años viviendo en el extranjero ya no estaba motivada por la política venezolana. De modo que, a final de cuentas, la lista desnuda de los que podían votar en Alemania, aun encontrándose en el otro extremo del país respecto de Berlín, era de dos mil cuatrocientos cincuenta y tres inscritos, quitando sobre todo fallecidos todavía vivos en el registro caraqueño.

Del cúmulo de personas no fantasmales y que sí estaban en condiciones de votar, buena parte llamó o hizo contacto para preguntar si era solo el centro de Berlín el único habilitado en Alemania. Lamentablemente sí, tenían que contestar Becker Becker y su equipo desde Berlín. Hizo la gestión ante el propio Jesús María Casal a ver si se podía ampliar el número de ciudades alemanas, pero la elección de las ciudades no dependía de Casal, según el mismo Casal le explicó. Hubo gente en Stuttgart, Colonia o Frankfurt que no podía salvar las distancias.

―¿Qué porcentaje de electores se perdió por tener un solo centro o simplemente debido a las grandes distancias en una geografía como la alemana, que es bastante grande aunque menor que España?

―Se lo puedo decir al ojo por ciento, porque no hay comprobación científica: creo que hubo hasta 40% de gente que claramente hubiese querido votar y no pudo.

―¿Y gente que llegó de la Europa central y oriental a votar?

―Claro, se lo puedo decir al menos hasta donde uno tuvo visión, porque siempre hay detalles que se escapan: cuatro votantes que llegaron desde Praga, un votante se vino desde Budapest, otro votante de Polonia y otro de Letonia. Y una pareja de Holanda, porque en Holanda tampoco se creó un centro, cosa curiosísima.

En Berlín, finalmente, los votos no llegaron a 300 y arrasó, como en otros lugares, María Corina Machado. En segundo lugar, el candidato Andrés Caleca, aunque muy lejos de MCM.

En todo caso, hubo votantes tan lejanos de Berlín como Colonia o Múnich (capital de Baviera) o Friburgo, en el extremo suroeste: gente que para ir a votar debía asumir un viaje, fuese por tren o en auto, de entre siete y doce horas. ¿Qué más explica la exigua votación en relación al número total de inscritos?

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Hay otra cosa que explica no la votación exigua pero sí que el universo de posibles votantes se haya achicado considerablemente, y lo explica el exembajador de esta manera:

―Es un gran vacío que nos ha dolido a todos, no te lo imaginas: aquí hay una gran cantidad de refugiados o exiliados  venezolanos, y todas esas familias tienen hijos que, entretanto, fueron cumpliendo la mayoría de edad. Resulta que a muchos ya hace tiempo les tocaba el registro electoral y, sin embargo, el régimen venezolano durante todo este tiempo nunca ha tenido la iniciativa de habilitar, a través de las embajadas, como se ha hecho toda la vida y lo hacen otros países del mundo, ese registro electoral… Nos lo referían con dolor, pero es que ni siquiera muchos de ellos [los jóvenes] tienen cédula porque no han estado en Caracas. Las cédulas de los venezolanos no se pueden sacar en las embajadas [o consulados] como otros países sí lo permiten.

Becker Becker afirma que repartidos por el mundo hay unos cuatro millones de jóvenes venezolanos  que nunca pudieron registrarse porque el gobierno jamás se ocupó de eso. Se hubiesen podido inscribir al cumplir 18 años y no lo hicieron porque, simplemente, no pudieron hacerlo.

―No hay registro nuevo, eso lo paralizaron. Por eso pienso que la urgente tarea que debe hacerse es pelear porque vuelva a abrirse el registro electoral, tanto en el país como en el exterior. Esa es la primera gran tarea.

―Y en su opinión, ¿cuál sería la segunda gran tarea?

―Asegurar que todos los venezolanos que viven en el exterior y tengan edad para votar, lo hagan. Al venezolano que vive afuera le interesa su país. Eso es algo elemental, se ve con otros países igualmente: lo vi ahorita, este mismo domingo hubo elecciones en Argentina y la colonia de argentinos de aquí estuvo haciendo su tremenda cola para votar. Y así sucede con otros países de América Latina o de otras partes del mundo. El único país que no tiene eso es Venezuela.

―Quisiera una apreciación suya sobre Jesús María Casal, como director de la Primaria.

―Mire, pienso que su presencia fue lo que garantizó que esto haya sido realizado con alto nivel. Casal es una figura que todos conocemos como decano de la Facultad de Derecho en la Universidad Católica. En esta gestión al frente de la Primaria nunca protagonizó un enfrentamiento, ni hubo rivalidades. Le puedo mencionar esto: la semana pasada, poco antes de que se realizara el proceso del 22 de octubre, hubo un planteamiento en concreto del candidato de Acción Democrática que, bueno, que si me retiro, que si no me retiro… Si hubiese sido otra persona, tal vez le hubiera dicho váyase usted a la porra… No: él, Casal, lo invitó y buscó una forma conciliadora, creando espíritu de armonía. Que yo sepa, nunca tuvo una situación de enfrentamiento con nadie, y tampoco ante el gobierno, con el que se supo manejar muy bien.

Conteo en una de las cuatro mesas del centro de Berlín donde se organizó votación de la Primaria.

Conteo en una de las cuatro mesas del centro de Berlín donde se organizó votación de la Primaria.

Ficha personal

Erik Becker Becker fue el último embajador de Venezuela en Berlín oriental, presenció la caída del Muro en 1989. En su condición de diplomática pasaba entre los dos lados y veía a las familias que habían permanecido divida y el ambiente emocional. Después estuvo como embajador en la Alemania reunificada, primero todavía en Bonn, que era la capital provisional de Alemania occidental, y luego le tocó hacer la gran mudanza (como lo hacían organismo del gobierno alemán)  que se mudaba a Berlín. Regresó, pues, a Berlín reunificado. Sumando todos los años, estuvo cinco años en la AO y luego 0cho años en Alemania reunificada: trece años en total.  También estuvo de embajador en Bulgaria y en la Yugoslavia que se desmoronaba (allí también le tocó cerrar una embajada primero en Berlín oriental y luego la de Belgrado, capital de Yugoslavia que se dividió en 8 paisitos).

Becker Becker está casado en segundas nupcias con una venezolana (su primera mujer falleció hace tiempo) y tiene, en total, cuatro hijos y un adoptado; ocho nietos directos y dos adoptados (es decir, del hijo adoptado, que fue el aporte al matrimonio de su segunda mujer). Diez nietos.

―Debe estar feliz, ¿no?

―Sí, cómo no. Por todo y por la esperanza que tengo por Venezuela.

Becker Becker forma parte del equipo internacional de María Corina Machado, junto a Antonio Ledezma y otros.