Emilio Lovera: “El humor es la única maleta que no me revisan en Maiquetía”

Emilio Lovera pasó por Barcelona, por un instante creyó que estaba en Anzoátegui, pero al tratar los temas más serios en clave de humor y viceversa, se adueñó de un conversatorio que cualquier venezolano hubiera pagado para verlo. También estuvo en Madrid, donde no pudo evitar emocionarse al hablar de La Rochela.

Hay un tiempo de seducción para el humorista y es cuando nos habla en serio. Sabemos que el resto del día lo invierte para hacernos reír o mejor aún, reflexionar, según el espectáculo que monta en el escenario, y que la gente premia con risas y aplausos. Pero desde que Emilio Lovera llegó con su gorra volteada y saludando hasta a los meseros de La Taverna del Exaimple en Barcelona, como si estuviera ya en campaña electoral, los periodistas de Venezuelan Press Barcelona tuvieron la certeza de que el conversatorio anunciado sería una gran noche.

De gira con la agrupación musical C4Trío por Barcelona, Madrid y Roma, el conocido “hombre de las mil caras”, y cuyos sketch en la televisión son ya parte de la cultura popular nacional, tuvo un paréntesis para oír y ser escuchado por compatriotas a quienes la distancia nos les acorta su inquietud por la casa que dejaron. Fue un intercambio sobre los venezolanos en clave de humor que no dejó de tener sus ratos de preocupación y, sin desearlo, de amargura.

Emilio Lovera en Barcelona

Foto: Josmig Hernández

“A mí en verdad no me molesta que haya tantos venezolanos regados por todo el mundo, si se fueron empujados por la situación actual del país o si están labrándose un futuro profesional; al contrario, creo que ésta es la oportunidad para que las experiencias adquiridas por cada uno puedan servirles al país del que salieron. Me pasa a veces, lo cual no deja de parecerme gracioso, que me encuentro con venezolanos que residen en Miami, Madrid, Roma o Londres y que lo toman a uno como un confesor para justificarse por qué se marcharon, y no paran de hablar, como si uno estuviera acusándolos de un delito”.

Así lo señaló un Emilio Lovera sencillo, sin ánimos de dar lecciones y con un montón de anécdotas recogidas en sus ya muchos años de pisar la aduana de Maiquetía y saber que se topará con una sociedad en su punto más alto de ebullición. La explicación que el “hombre orquesta” de La Rochela encuentra en esa experiencia es que los venezolanos no habían “cultivado” la condición de emigrantes, y hasta hace unos años no existían colonias de venezolanos en Oporto, Miami o Tenerife, ni agrupados en clubes y ni con televisión propia.

“Fuimos durante mucho tiempo un país que recibía a los extranjeros perseguidos en sus tierras; y hoy nos ha tocado lo contrario y no terminamos de adaptarnos a esta condición de neoemigrantes, si se me permiten el término”.

Ávidos de escuchar tanto sus ocurrencias como sus reflexiones sobre Venezuela, los periodistas tomaron de Emilio Lovera digamos que la parte más seria de su trabajo de artista, una cualidad premiada por su ingenio y creatividad que vierte sobre la tarima. Ya se sabe que lo más difícil del humorista es tratar de hacer feliz a los demás sin hacer el ridículo. Pero a Emilio Lovera le tocó en esta ocasión hacernos reír, pero sin dejar de mostrarnos a nosotros mismos frente al espejo de la realidad de Venezuela, una realidad tan dramática de la cual resulta muy difícil ocultarse, por muy lejos que alguien se vaya y se prometa no volver.

Fue una noche de recuerdos, de caras felices por el reencuentro, de saber que aún seguimos en la lucha y que Emilio sabe lo que le espera al regresar al país: “ es un país más destruido, pero sus esperanzas siguen cifradas en el futuro, vamos a salir de esto, se los prometo… el humor nunca lo han destruido”.

"La Rochela nunca sería la misma"

Ya en Madrid, y también reunido con el equipo de Venezuelan Press, Emilio Lovera no pudo evitar emocionarse al hablar de La Rochela, cuando un periodista le preguntó si eventualmente ésta regresara a la televisión venezolana. "Nunca sería la misma, ya no sólo porque los actores no seríamos los mismos, sino porque ya no estarían las costureras del Miss Chocozuela o los utileros que te sacaban cosas maravillosas para que tú hicieras la mejor escena". Su rostro se contrajo. Su mirada se nubló. Le desapareció la sonrisa, cosa mala en un humorista.

De política y políticos, de emigración y venezolanos emigrados, de humoristas veteranos y nuevos, de miedos propios y ajenos, del Seniat y su acecho al humor... de esto y más habló Emilio, que también se presentó con su ya habitual gorra al revés, en un encuentro sin desperdicio con periodistas venezolanos, pero de lo que más habló fue de humor, de lo terapéutico que es reírse cuando nos parece que el mundo se nos viene encima.

Emilio Lovera Madrid"Yo le recomiendo a la gente que cuando estén deprimidos o no encuentren la salida, vean una película de risa, vean Torrente, y después vuelvan a la tarea. Lo verán todo diferente. La risa es mágica. Por encima de todo, hay que conservar el humor" confesó.

Emilio, que lleva cada vez más el humor fuera de las fronteras venezolanas, que ha paseado sus maletas por más de 25 países, reconoce que no cambiaría a Venezuela por nada del mundo. "Allí me conocen, saben quién soy, afuera algunos apenas me han visto por Internet, hay entrevistadores que no saben ni mi nombre" nos cuenta en su inmejorable clave de humor, que más que risas, arrancó reflexiones.

De gira con el Autobús “Reloaded”, un show de humor musical de Emilio Lovera y el músico Jorge Glem, está cautivando Europa, y a España, sin duda, se la metió en un bolsillo.