Ni irrelevante ni intrascendente

Los venezolanos votamos el pasado 6 de Diciembre con la convicción de que una nueva Asamblea Nacional, integrada mayoritariamente por demócratas, daría al traste con la dictadura que ha convertido a los venezolanos en mendigos quienes debemos hacer colas, colocar huellas, mostrar cédula y hasta partida de nacimiento para adquirir los productos de primera necesidad, cuando los hay.

En marzo pasado, la oposición representada en la MUD  anunció que todos los mecanismos constitucionales serían activados para sustituir al régimen y su sistema político y económico por otro, democrático, de libertad y justicia. Lo que no dijo, es que existe uno, que de aplicarse produce resultados inmediatos. No necesita recolección de firmas y mucho menos validarlas por un poder opaco, sin credibilidad y nada imparcial: La exigencia a Nicolás Maduro de su Partida de Nacimiento venezolana y su certificación de no poseer otra nacionalidad, como lo manda la Constitución.

La AN, que tiene una mayoría calificada de representantes de la MUD, tiene el deber de hacer cumplir nuestra Carta Magna independientemente de si el Ejecutivo la acata o no. Y digo esto, porque hay quienes afirman "que es una ingenuidad pensar que a Maduro se le pueda sacar por no presentar su partida", entonces,  podríamos decir que igual de ingenuos son quienes por mandato popular -los diputados- aprueban leyes que luego el Ejecutivo desconoce y el Tribunal Supremo sentencia como inconstitucionales. Es público y notorio que el régimen desconoce al único poder legitimado con el voto. Lo viene haciendo desde el primer día. No ha destituido aún a su presidente, Ramos Allup, y al resto de la directiva, porque sabe que no tiene el poder político para hacerlo, pero... apenas se sienta fuerte, no duden que lo hará.

El tema de la usurpación del cargo como Presidente  de la República por parte de Maduro, debe ser abordado con seriedad y voluntad política de inmediato por los parlamentarios. Debe hacerse en respeto y defensa a nuestra soberanía.  El Decreto Gramcko es una guía, una brújula para ello. La AN no destituirá al presidente ilegitimo, anulará su juramentación por no llenar los requerimientos de los artículos 227 y 41 de la Constitución, recurriendo al principio de autotutela administrativa que no es otra cosa que el poder de subsanar  los vicios de que adolezcan  leyes, estatutos y actos producidos por la propia Asamblea Nacional.

He escuchado argumentos como "no importa que Maduro sea colombiano" ¡Claro que importa! y mucho. Por afirmaciones irresponsables como esa o que el asunto es "irrelevante" y hasta "intranscendente" es que hemos llegado a este estado de ilegalidad, injusticia, miseria y hambruna. Maduro y quienes le acompañan no son demócratas y se irán. Tendrán que abandonar Miraflores por la combinación de la crisis política con la presión de la calle que cada día se siente con mayor fuerza, unido a la fractura inocultable de las Fuerzas Armadas y la implosión del modelo del Socialismo del Siglo XXI. El tema de la nacionalidad de Maduro, ayudará a que los cuatro factores, antes mencionados, se acentúen y profundicen.

No olvidemos que la AN tiene la legitimidad del voto mayoritario del pueblo, algo de lo que carece el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral,  la Fiscalía , Contraloria y la Defensoría. Señores diputados cumplan con el mandato del pueblo que exige ¡Maduro vete ya!

@NituPerez