Juan Carlos Méndez Guédez: Es el momento de que los civiles recuperen el control de Venezuela

En pleno clima preelectoral en Venezuela se sigue sucediendo un ir y venir de ideas desde Madrid en torno a la realidad venezolana. En el evento la “Caravana de la libertad”, que incluyó una Conferencia de Intelectuales por la libertad de Venezuela, el escritor Juan Carlos Méndez Guédez, residente en España, dejó sentir su opinión al respecto. “Cualquier opción de que nuestra voz sea escuchada en algún sitio es un pequeño grano de arena para contar lo que sucede en Venezuela”, ya que el proceso venezolano ha resultado muy confuso para una gran cantidad de personas, según su opinión.

Méndez Guédez recurrió a una imagen concreta de la historia de Venezuela: la de un burrito que salió de Caracas el 7 de junio de 1835, momento en que, a su criterio, comenzó la historia reciente del país.

Contó el escritor que sobre ese burrito iba huyendo el presidente José María Vargas, médico, civil, luego de sufrir una intentona militar desarrollada por algunos próceres de la Independencia. Considera que, desde entonces, hemos estado sobre ese burrito, huyendo de la última intentona. Y según él todavía estamos en ese burrito. Vargas vuelve a la presidencia, porque un militar, que es Páez, lo trae de vuelta, “pero ya su presidencia está herida de muerte”. En la Revolución de las Reformas se reivindica el nombre del Libertador, Simón Bolívar y se denuncia la existencia de la oligarquía. “El discurso ha variado bastante poco”, asegura Méndez Guédez.

El escritor recuerda cómo en 1952 Pérez Jiménez dice algo cuando se apropia de la presidencia, que también resulta familiar en el lenguaje revolucionario venezolano actual, al referirse a una “verdadera y profunda transformación de Venezuela, para hacer de ella una nación que por su pasado glorioso pueda figurar en primer plano entre todos los pueblos”. Así, “las palabras se repiten, los personajes se van transformando y hoy estamos aquí a partir de una figura muy particular, siniestramente interesante que es la de Hugo Chávez Frías, que creo que es el último eslabón de una cadena que es la que acompaña a Venezuela que quizás es la que hay que romper, que es la de la preponderancia de la casta militar”.

"Desde que ocurre el proceso de Independencia en Venezuela, los militares se sintieron dueños del país".

Méndez Guédez explica que, como fueron los militares quienes habían dado laIndependencia, entonces "el pais les pertenecía". Luego de que José María Vargas devolviese a sus dueños originales unas tierras que estaban en manos de los militares, Venezuela ha sido una historia de generales coroneles, “otros generales y otros coroneles” hasta que por fin llegó la democracia de los civiles.

Hay un discurso oficial que nos habla de Chávez como el héroe de Sabaneta, nacido un día de gloria, que vino a luchar por las injusticias que ocurrían en Venezuela y que “junto con otro grupo de heroicos militares decide devolver a Venezuela la dignidad perdida”. Al ahondar sobre lo que estaba sucediendo, el escritor descubre cosas tan interesantes como que la conspiración de las logias militares estaba activada desde los años setenta, los años de mayor prosperidad económica, los años de mayor bienestar en la que “incluso estaban llegando corrientes migratorias de todo el mundo, pero los militares estaban conspirando, preparando la recuperación del poder, el asalto al poder”. No fue la pobreza, no fue el 27 de febrero de 1989. “Los militares seguían pensado que ese país les pertenecía y que estaba en las manos inadecuadas, porque estaba en manos de civiles. Hugo Chávez es el producto de ese pensamiento y de ese proceso”.

Calificó Méndez Guédez la revolución del chavismo como profundamente ridícula, sin ningún tipo de vergüenza, en la que se tuerce el lenguaje a través de un profundo empobrecimiento del mismo para instaurar el uso de una neolengua distorsionadora de la realidad. “El lenguaje se ha empobrecido de tal manera, que la realidad se oculta con palabras que más que iluminar, destruyen”.

Venezuela es un país gobernado por los ojos de un muerto

“Venezuela es un país gobernado por la muerte y por los ojos de un muerto, que se encuentra en todas las calles de manera muy siniestra. Los militares se han quedado sin su voz, y de ese hecho parte el estupor de este momento, de la perplejidad y la violencia terrible que se está viviendo. Como dice Alberto Barrera en su novela ‘Patria o Muerte’, la voz única que se escuchaba ha cesado, la ha borrado la muerte".

A pesar de todo esto, Méndez Guédez advierte que la casta militar no está dispuesta a soltar el poder que siente que le corresponde “por mandato divino”, convencida de que el país le pertenece.

“Lo que necesito y quiero para mi país es normalidad, poder ir a Venezuela y estar en desacuerdo con esta gente, en un clima de democracia y de igualdad y en donde los civiles tengan de nuevo el control del país”. Méndez Guédez señala que los militares han demostrado que son capaces de destruir un país, dejarlo con serios problemas en la sanidad pública, acabar con los medicamentos en las farmacias y acabar con la industria alimentaria.

“Creo que es el momento del regreso de los civiles, de los que estamos con unas ideas, de los que estamos con otras, pero que podemos resolverlas sin que haya una pistola, un tanque o una ametralladora de por medio”.