¿Y salieron a votar?

El fraude estaba anunciado. El pasado domingo 5 de diciembre solo 30,5% del electorado atendió al llamado del régimen de Maduro y del ilegítimo CNE para escoger a los diputados de la Asamblea Nacional.

Desde dentro y fuera del país había sido expresada la desconfianza hacia este proceso, improvisado y sin garantías democráticas, respaldado por “observadores internacionales”, como el expresidente español Rodríguez Zapatero, el exmandatario ecuatoriano Rafael Correa y los defenestrados Evo Morales y Manuel Zelaya, de Bolivia y Honduras, respectivamente.

Para algunos analistas, la abstención de casi 70% no debió sorprender a nadie ya que además otros factores como el descontento popular por la situación económica y la convocatoria de boicot que emprendió la oposición habrían incidido en la reacción de la gente que se quedó en sus casas. En un país con una hiperinflación que en tres años roza el 65%, con graves deficiencias en los servicios públicos, empresas clausuradas y un sistema de salud en ruina, incapaz de enfrentar al coronavirus, era previsible que las urgencias de Maduro no figuraran entre las prioridades de los venezolanos.

En las Parlamentarias de 2015, la participación fue de 74%, y la del domingo, según el CNE, fue de 30,5%.

Unos 50 países y organizaciones internacionales ya advirtieron que estos comicios no eran transparentes y carecían de garantías democráticas. En respuesta a esta farsa, la oposición activó la Consulta Popular, que termina este sábado 12/12/20. Millones de venezolanos, residentes o no en el país, han tenido la oportunidad de reafirmar ante el mundo su rechazo al régimen dictatorial y de ratificar la validez de la directiva actual de la AN.