19
julio
El delator
Quizás se empieza en el patio de la escuela, lloriqueando antes que defenderse, frente a la maestra para acusar al compañero de clase que le molesta y se termina, ya adulto, puliendo la hebilla del verdugo para que los azotes dejen marcas imborrables en la piel de la víctima.
No sé si habrá un catálogo de gente deleznable; pero es seguro que al delator se le debería reservar una silla en la zona VIP de la tragedia humana.
Peor que el torturador, quien goza vejando al prójimo por sadismo o dinero, el