Juan Carlos Méndez Guédez llega con “La ola detenida”

El escritor venezolano Juan Carlos Méndez Guédez vive en Madrid, donde ha escrito y publicado la mayor parte de su obra. Es autor de novelas como El baile de Madame Kalalú, Los maletines, Una tarde con campanas, Árbol de luna y Arena negra.

Esta vez nos trae La ola detenida, un thriller original y de plena actualidad que no da tregua al lector, que se presenta en Madrid este miércoles 8 de noviembre, a las 19:00 horas, en la Librería Lé.

Caracas es la ciudad más peligrosa del mundo, y allí se ha perdido el rastro de la española Begoña, hija díscola de un influyente político conservador. Para averiguar su paradero, la familia de la chica contrata a Magdalena Yaracuy, original detective que para resolver sus casos combina la santería, las artes marciales y una certera puntería con las armas de fuego.

Pero la desaparición de Begoña se complica. Crímenes sanguinarios, grupos paramilitares, secuestradores, narcotraficantes y militares corruptos, rodean el mundo de esta muchacha que quizá ha cometido el error de enterarse de peligrosos secretos en un país aplastado por la escasez, el miedo y la violencia.

Magdalena Yaracuy deberá echar mano de su agudeza, su intuición y en una feroz carrera contra el tiempo para rescatar a su cliente antes de que sea capturada por los múltiples enemigos que desean exterminarla.

  • Juan Carlos, el título hace referencia a las montañas que protegen y amenazan Caracas, ¿cuál es su simbolismo para este libro?
  • El Ávila, la montaña que escolta Caracas, es una bella presencia que señala siempre el norte de la ciudad. Es, además, la pared vegetal que separa Caracas del mar Caribe. En torno a ella se desarrollan muchas leyendas, y en otros tiempos fue un lugar natural de esparcimiento de los caraqueños; un sitio para pasear, para hacer campamentos, para bañarse en sus pequeños pozos. Es inevitable pensar Caracas y pensar el Ávila junto a ella. Por otro lado, frente a la hostilidad de la Caracas actual, la montaña sigue siendo como una señal de belleza y sosiego; una cierta luz de la tarde, un cierto olor que conquista la ciudad desde sus árboles y flores.
  • Sin duda Caracas es una de las principales protagonistas de esta novela ¿Cómo era y cómo es ahora? La ciudad que nos describes en la novela realmente da mucho miedo.
  • Adoro Caracas, pero no puedo ocultar que ahora es la ciudad más peligrosa del mundo. Escuché una vez algo muy doloroso. Alguien decía: “los caraqueños ya no salimos a la calle salvo en dos ocasiones: cuando hay que enterrar a un amigo o familiar que han asesinado los delincuentes o los militares; y cuando vamos a despedir al aeropuerto a algún ser querido que se marcha del país”. En Caracas la delincuencia utiliza armamento militar de primera calidad. Granadas; fusiles de asalto que sólo deberían estar en manos de las fuerzas armadas. No es complicado imaginarse cómo sucede ese trasvase de armamento. Mi personaje, Magdalena Yaracuy ama Caracas, aunque la teme y la respeta.
  • Detective y santera, Magdalena es más que un personaje, es la fuerza motriz de la toda la novela, parece de toda la historia ¿Has conocido a alguien así? ¿está inspirada en alguien?
  • Hay una precisión importante, Magdalena es detective y “marialioncera”, una religiosidad venezolana cuya diosa máxima, como ya expliqué, es una mujer: María Lionza. De hecho, Magdalena siente rechazo por los rituales y los usos de la “santería”, que es una religiosidad que incluye sacrificios de animales. Para ella eso es inaceptable, porque María Lionza protege a los animales y prohíbe que se les cause algún tipo de dolor o daño para realizar ceremonias religiosas. Claro que conozco personas así. Mujeres decididas, lúdicas, enamoradizas, libres, y que también tienen un cierto sentido religioso.
  • Magdalena es muy espiritual, es una ferviente creyente en el culto a María Lionza ¿es algo muy extendido en Venezuela? ¿cómo es este culto?
  • María Lionza es una diosa que vive en la montaña de Sorte, un lugar lleno de ríos y árboles. Ella es la reina de este culto religioso, y a su lado la acompañan El negro Felipe y el Indio Guacaipuro. Ellos tres en conjunto son las “Tres Potencias” y encabezan los altares dedicados a esta religión. El culto a la diosa se realiza frente a altares con su imagen y los espíritus que la acompañan. Los rituales se celebran en todo el país, aunque su lugar central y sagrado es la montaña de Sorte.
  • La visión de Venezuela en España está completamente polarizada. ¿Cómo veis al país Magdalena o tú?
  • Para mí es muy importante separar lo que soy y pienso, de lo que son y piensan esos personajes que construyo. Sé que es imposible del todo, pero procuro que ellos actúen con independencia y con criterios propios. Me gusta ese ejercicio de desdoblamiento. Magdalena Yaracuy votó en un par de ocasiones por los militares que encabezan “El proceso” del que el Teniente Coronel Hugo Chávez fue líder. Yo por mi parte soy un demócrata. Creo que las dicotomías en Venezuela deben leerse desde las claves del propio país.
  • ¿Cuál es el origen de La ola detenida?
  • Me encontraba en Aix-en-Provence en una residencia para escritores. Faltaban días para concluir esa experiencia y ya había cerrado el texto narrativo que debía entregar a los organizadores. Tenía tiempo para seguir escribiendo y quise aprovechar esos días para lanzarme a un nuevo proyecto. Desde hace años, imaginaba la posibilidad de escribir un policial “clásico”, un texto que se ciñese a ese esquema. Algo que tuve siempre claro, desde el principio, es que el protagonista profesaba el espiritismo marialioncero y con esa certeza me lancé al agua.

La ola detenida de Juan Carlos Méndez Guédez